El sueño como la alimentación es un hábito que en el caso de los niños conlleva un necesario aprendizaje. Es importante que los adultos demos ejemplo de buenos hábitos de sueño a nuestros hijos.
A continuación describimos una serie de recomendaciones para una adecuada higiene del sueño
- Levantarse y acostarse cada día a la misma hora.
- En los niños, adaptar las siestas a su edad y necesidades del desarrollo.
- En niños pequeños no recurrir a ‘cocos’, ‘hombres del saco’ y demás seres para incitar que el niño se duerma, pues de esta forma lo único que se consigue es potenciar la angustia o los miedos.
- A partir de los 2 años no es apropiado que el niño duerma de manera rutinaria en la cama de los padres, hermanos, etc., pues no le va a ayudar a aprender a dormirse.
- En los adolescentes, evitar las siestas durante el día.
- Mantener unas condiciones ambientales adecuadas para dormir: la habitación debe estar a una temperatura adecuada y correctamente ventilada.
- Habitación deberá estar en penumbra: no podríamos ver nuestra palma de la mano poniéndola delante de nuestra cara.
- La habitación estará en silencio, si esto no es posible se pueden utilizar tapones para los oídos.
- Usar la habitación sólo para dormir. Los niños y adolescentes pueden utilizar la cama para otras actividades distintas como comer, estudiar, jugar, etc.
- La habitación para dormir no debería tener televisión, radio, ordenador o material de trabajo. El niño no debería quedarse dormido viendo la televisión o conectándose a internet desde el ordenador o la tablet, ya que son actividades estimulantes que dificultan una adecuada conciliación del sueño o lo retrasan de forma importante.
- Establecer rutina pre-sueño, de una duración de 20-30 minutos antes de acostarse. Su objetivo es controlar los estímulos para reducir la activación, tanto emocional como fisiológica, que la anticipación del inicio del sueño y las condiciones que lo rodean pudieran provocar. Esta rutina debe incluir actividades agradables y tranquilas que acaben en el dormitorio como son, hablar sobre cómo ha ido el día, lavarse los dientes o leer, para que el niño sea capaz de iniciar solo el sueño.
- Si pasan más de 20 minutos y no se concilia el sueño, no dar vueltas en la cama, levantarse y hacer alguna actividad tranquila, pero no encender la televisión o chatear por el móvil.
- Si se despierta de madrugada jamás mirar qué hora es
- Evitar comidas copiosas antes de acostarse
- Evitar el consumo de alcohol, cafeína y tabaco antes de acostarse
- Evitar actividades estresantes en las horas previas a acostarse
- Realizar ejercicio físico diariamente aunque nunca inmediatamente antes de acostarse
- Pasar algún tiempo al aire libre todos los días.